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viernes, 26 de diciembre de 2014

Parasíntesis



Como si el diablo llenara la copa
-esta última antes de la próxima-
y tropezara antes de alcanzar el andén.

Imagino darte un beso de propina
cuidarte como cuidaría
que no se me moje el paraguas
cuando llueve a media calle.

La sangría entre mi rodilla y tu mano derecha
la oblicuidad de decirme lo minuciosamente necesario,
han vertido la piel cuesta abajo.

Reversible duelo del que no quisiera hablar.

A pimpollear a la orilla.

Nunca tuve un piano,
una mariposa que me dure,
una carta de tinta emancipada.

Como si esta fuera la última vez
que te azotara contra los renglones.


¡Pobrecita de mí!
armando cubos con algunas letras
deshilachando el silencio con hilos que todavía nos ligan.


A falta de la buena vereda
la sintética muestra de un doliente disturbio
ha venido a reemplazar la queda.


(Vino envenenado,
pero recién llegado
me pide un beso).


Como si la mudanza obligada de estación
te llevara de la mano mientras miras atrás.


-Muerte-
Deja que la amnesia sentimental haga lo propio,
te cubra de sus telas
antes de lanzarte al aspecto mudo de un recuerdo sintáctico.


A comodear a otros versos,
que por acá,
(como verás)
se ha desnutrido la ausencia.

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