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viernes, 26 de diciembre de 2014

Nunca (entre vos y yo)



Nunca seremos Barcelona en un espejo azulado
de amanecer catalán.

Ni un puerto plagiado donde descanse la mirada
ni sus dos horizontes encerrados entre nubes.

Tampoco el sol desalmado que acaricia las bóvedas
mientras se besan los amantes,
lejos de mí,
lejos de ti,
lejos de vos.

O un corazón gallego almidonado entre rayos
cuando la nostalgia nos ha quedado lejos
arrugando una postal.


Ni los edificios peleando por alcanzar el cielo
antes que el cristianismo.

Que tu amor se pague en euros,
voy perdiendo cuatro a uno,
que el hexágono o la misma bala
no existan en esta urbe bordada de agua marrón.


Que tengas razón, que sean los poetas
y no los mendigos los que decoren el paso.

Que las frutas tienen más color,
que caen otras estaciones,
que el amor es el mismo,
acá o en las Antillas.


Que el bufón te dibuje hoyuelos en las mejillas,
o aquellos soldados de plata que presumen para adornar
y no saben de Malvinas,
o en tu estambre, de las Falkland.


Cleopatra se arrodilla para merecer tus ojos,
no limosnas, no plegarias.


Triste faro de dos caras acá alumbra mis penas,
allá el olvido.
Nunca seremos Barcelona.
Nunca seremos tú y yo,
ni nosotros,
tal vez vos,
tal vez yo.

Che, ¿seremos algo?

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